Al revisar la información, siempre es importante considerar el proceso de recogida de datos, cómo también los sesgos o las diferentes casuísticas en los tratamientos que nos pueden llevar a conclusiones erróneas.
Con relación al primer punto, es fundamental tener conciencia del momento y contexto en el que se ha realizado el tratamiento de datos, para no obtener conclusiones apresuradas que no concuerden con el presente. Cathy O’Neil en su libro “Armas de destrucción matemáticas” nos plantea que las tecnologías basadas en algoritmos están reproduciendo errores humanos, prejuicios y generalizaciones que pueden preservar situaciones de discriminación, clasismo, racismo, entre otras cosas. En este sentido, la invitación es analizar los datos con un pensamiento crítico, amparado en la idea de que la tecnología no es imparcial.
Por otro lado, es importante considerar las leyes regulatorias del momento cuando se trata la información. Esto es de suma importancia, para entender posibles inconsistencias en los datos que pueden llevar a decisiones erróneas o perder la confianza en los procesos de datos revisados.
En general es necesario entender que, si bien, el proceso de datos muchas veces es considerado un trabajo técnico, este no se hace separado del contexto local en el que se desarrolla, ni tampoco de los marcos regulatorios, percepciones de confianza, prejuicios y sesgos existentes en cada una de las sociedades.
Como resumen, es fundamental poder reconocer el trabajo técnico del proceso, con el “para qué” que considera todas las complejidades mencionadas de manera general en los párrafos anteriores.
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